La cruz que distingue tanto a san Antonio Abad y a San Francisco de Asís es la famosa Cruz Tau o también llamada Crux Commisa.
Esta cruz tiene la forma de letra
“T”. El nombre de esta letra en griego es Tau, por eso se la conoce con ese
nombre. En la numeración griega la letra tau significaba 300. Por eso algunos
Padres de la Iglesia interpretaron el número 300 en el Antiguo Testamento como prefiguración de la cruz de Cristo.
San Antón junto a San
Sebastián y San Roque, son los clásicos santos protectores contra la peste. Tanto
san Antonio, fundador del movimiento eremítico, que vivió en los siglos III y
IV y san Francisco de Asís que vivió en el siglo XII, tomaron esta cruz como
distintivo para sus órdenes.
En este siglo, la orden
de los caballeros del hospital de San Antonio, “los hospitalarios”, se
dedicaban a tratar los peregrinos enfermos de lepra, peste o sarna, y tomaron
como vestimenta, hábitos negros con una cruz TAU en medio y portando un bastón
en la mano con remate en Tau. En el Camino de Santiago se encuentran
numerosos testimonios que se refieren a esta orden. El más célebre son las
ruinas del Convento de San Antón en Castrojeriz.
Durante la Edad Media y
los siglos XVI y XVII, la creencia de salvarse de esta enfermedad por su
intercesión estaba muy extendida. Desde la fundación de la orden fue su emblema,
librando de las pestilencias del mismo modo en que libró de la plaga divina a
los primogénitos hebreos en Egipto, tras marcarla en las puestas de sus casas.
La fe popular tenía en ella un símbolo de vida y de salvación. Se llevaba como
anillo o como amuleto en colgantes, y también se pintaba en puertas y paredes
para ahuyentar poderes malignos.