Amanece.
Desde que entramos en la tierra del Santo, nos vigilan, observan nuestros pasos, nos animan a seguir.
Están hay, impertérritos, piedra y madera, pizarra y granito, silenciosos.
Los sentimos a nuestro alrededor, sus cruces nos protegen, al igual que durante siglos defendieron las cosechas guardadas en su seno.
La piedra dura de granito, como nuestra fe, nuestra fuerza en el avanzar.
La madera de sus revestimientos, permeable al puro aire gallego, como nuestro ser que absorbe todo lo que nos rodea, deseando conocer, necesitando conocer.
La negra pizarra que los protege del agua, como nuestro afán de superación que nos aleja y nos acerca a nosotros mismos.
El camino lo hacemos nosotros, pero el camino son ellos.
Rendirles homenaje, preguntarles como superar obstáculos, pedirles aliento en la flojedad del mal día.
Llevan siglos hay, saben las respuestas, sus viejos pilares tienen la sabiduría de millares de peregrinos, sentaos a su sombra, protegeos debajo de ellos, sentid su fuerza,....... con ellos hasta Santiago.
Buen Camino
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