En
el Camino que partiendo de tierras levantinas nos lleva a Santiago de Compostela y que pasa
por Escalona y su comarca, quedan numerosas huellas no sólo de peregrinos que
por el han transitado, sino de numerosos aconteceres que han forjado nuestra
historia y denotan la importancia histórica de la Villa de Escalona.
Una
vez que llega el peregrino a Escalona, si opta por la ruta marcada en las
relaciones de Villuga, tomará el Camino a Cadalso de los Vidrios y desde allí a
Cebreros. Entre estas dos poblaciones, podemos encontrar una de las más
peculiares manifestaciones de la cultura vetona, en un enclave situado entre el
arroyo Tórtolas y la
Cañada Real Leonesa, en las proximidades del Monasterio
jerónimo de Guisando: Se trata de la llamada "Venta de los Toros de
Guisando", en las cercas de la finca pueden verse unos famosos
verracos de piedra conocidos como Los Toros de Guisando, tomando el nombre del cerro que se encuentra frente a dicha venta, conformado una
estampa que “firmes y alineados como soldados”, se conservan desde tiempos
inmemoriales en el término municipal de la localidad abulense de El Tiemblo.
Dicho
lugar es también conocido como "La Venta Juradera "
a causa del nombramiento por parte del rey Enrique IV, de su
hermana Isabel como heredera del trono e Castilla, privando de
los derechos a su propia hija Juana.
Al
exterior del recinto, una placa que recuerda que fue precisamente allí, el
lugar donde aconteció en 1468 el denominado “pacto de los toros de Guisando”
que constituye uno de los hitos que jalonan el proceso que vendría a poner fin
a la grave crisis política en la que estaba sumido el reino de Castilla.
Si
turbulento había sido el reinado de Juan II, más aún lo sería el de
su hijo y sucesor, Enrique IV (1455-1474). Éste hubo de hacer frente no
sólo a las luchas entre los bandos nobiliarios que se sucedían desde la llegada
al trono de los Trastámara, sino también a conflictos con Navarra y Aragón y,
sobre todo, al problema de la sucesión de la
Corona , que terminó en una guerra abierta
entre las diversas facciones aristocráticas (1464-1469), espoleada por Juan
Pacheco, el ambicioso Marqués de Villena y Maestre de Santiago.
La
coalición de Pacheco contra Enrique IV daba sus frutos; a su causa se había
convertido gran parte de la aristocracia y para ella se ganaban posiciones en
ambas mesetas.
Tras
la muerte del Infante Alfonso hermano del Monarca y de Isabel “La Católica ”,
acaecida el 5 de julio de 1468, quedaban solos, frente a frente, Isabel y el
legítimo rey, Enrique IV. Los que permanecieron fieles a la causa del infante
tras su prematura muerte, ofrecieron a Isabel el título de reina y las
insignias reales, pero ella rechazó el ofrecimiento en los siguientes términos:
“Los
que desean cosas nuevas y mudanza de estado, ¿qué otra cosa acarrean al mundo
sino males mas graves, parcialidades, discordias, guerra? Por los evitar ¿no
será mejor disimular cualquier otro daño? Ni la naturaleza de las cosas, ni la
razón de mandar sufre que haya dos reyes. Ningún fruto hay temprano y sin sazón
que dure mucho: yo deseo que el reino me venga muy tarde para que la vida del
rey sea mas larga, y su majestad mas durable. Primero es menester que él sea
quitado de los ojos de los hombres que yo acometa á tomar el nombre de reina.
Volved pues el reino á don Enrique mi hermano, y con esto restituiréis á la
patria la paz.”
Se
acordó entonces que Enrique e Isabel se encontrasen personalmente para zanjar
la crisis; el lugar
escogido fue la Venta de
los Toros de Guisando, hasta la cual acudieron ambos hermanos, el rey desde
Cadalso, la infanta desde Cebreros, tal y como detallan las crónicas.
“Al
día siguiente ciertos mensajeros instaron a todos los que en Cebreros estaban a
que saliesen a encontrarse con los que venían de Cadalso en medio del camino,
junto a la venta llamada de los Toros de Guisando, por los que allí se
encuentran tallados en piedra”
El
texto del Pacto o Concordia o Tratado de los Toros de Guisando, fue firmado el
día 18 de septiembre de 1468 por el rey de Castilla Enrique
IV y su hermana la Infanta Isabel en Cadalso y Cebreros respectivamente. Este texto será leído y ratificado
al día siguiente, el 19 de septiembre de 1468, en la explanada por donde
discurría la cañada real situado en el lugar donde se encontraban los Toros de
Guisando, junto a la Venta de su nombre, a través de actos
solemnísimos, en donde estuvieron presentes nobles y eclesiásticos del
Reino, junto con las gentes anónimas de los lugares próximos: Cebreros,
Cadalso, San Martín de Valdeiglesias, Escalona o El Tiemblo.
El
texto original del Pacto de los Toros de Guisando no se ha conservado, pero sí
nos ha llegado alguna copia coetánea, que demuestra su existencia y que denota
la importancia de la Villa de Escalona en aquella época y la
poderosa influencia de Juan Pacheco,
Marqués de Villena y que posteriormente,
en 1472 fue nombrado Duque de Escalona; siendo uno de los principales
artífices de este pacto.De él se decía en la época: “El marqués de Villena, nin
fabla mala, nin obra buena”, retratándonoslo como un hombre habilidoso e
inteligente que sólo defendía sus intereses. En las negociaciones que
condujeron al Pacto de los Toros de Guisando, en orden al reconocimiento de la
infanta Isabel como Princesa heredera de León y de Castilla por parte de
Enrique IV, llevó el peso de las mismas, circunstancia que explica cómo la
copia del Pacto de los Toros de Guisando que nos ha llegado, traslado fidedigno
del documentos oficial de la época de los Reyes Católicos que no se ha
conservado, se guardara en el Archivo de su Casa.
Privilegio rodado otorgado por Enrique IV de Castilla, por el que confirma a don Juan Pacheco, Marqués de Villena, y a su mujer Juana de Portocarrero, la fundación de su mayorazgo. |
La
copia coetánea del Pacto de los Toros de Guisando fue encontrada en
el Archivo de las Casa de Frías, y que coincide en todos sus términos con
el texto publicado por Francisco
Martínez Marina en 1813 en su célebre “Teoría de las Cortes o Grandes
Juntas Nacionales de los Reinos de León y Castilla” que es un traslado de una copia
coetánea que se encontraba
en el Archivo de la Casa de
Villena.
Los
papeles y documentos de la Casa de Frías (duques de Frías) y de la Casa de Villena (marqueses de Villena)
constituyen el “Fondo Frías” del Archivo Histórico Nacional: sección Nobleza,
que se encuentra en el Hospital Tavera (Toledo).
Martínez
Marina dio noticia en 1813 del traslado de una copia que se hizo el día 1 de
enero de 1752 con destino a la Biblioteca Real sobre un texto de la época de los
Reyes Católicos y que se encontraba precisamente en el Archivo de la Casa de Villena, situado en aquel momento
en Escalona. Tal y como viene indicado en la mencionada obra de Martínez Marina
, con el objeto de indicar su procedencia, “guárdese
una copia no autorizada de esta escriptura sin firma ni sellos, pero de
letra redonda enredada y del mismo tiempo en el archivo que la excelentísima
Casa de Villena tiene en su villa de Escalona, cajón 11, núm. 48. Está en dos
pliegos de papel antiguo”
Lo
que publicó Martínez Marina en 1813 fue el traslado de la copia coetánea del
Pacto de los Toros de Guisando que se efectuó en 1752 en el Archivo de la Casa de Villena, situado en Escalona
(Toledo), con destino precisamente a la Biblioteca real. Y esta copia coetánea del Pacto
de los Toros de Guisando, que muy probablemente perteneció a don Juan Pacheco,
marqués de Villena; muchos años después sería hallada en el Archivo de los
duques de Frías y publicada en 1974.
Tras
el pacto, el rey y la princesa se retiraron a pasar la noche en Cadalso. Don
Juan pacheco, marqués de Villena, volvió a su antigua privanza con don Enrique,
el cual le confirmó en la posesión del maestrazgo de Santiago, uno de los
objetos que habían estimulado al de Villena a promover y activar aquellas
negociaciones, en las que entre lo acordado figura la Villa de Escalona como una de las entregas
del patrimonio de Enrique IV a su hermana Isabel:
“Por
lo qual al dicho señor rey plaze darle e asignarle, e por la presente
escriptura le da e asigna por patrimonio con que pueda sostener e sostenga su
persona e casa de real estado durante la vida del dicho señor rey el
prinçipadgo de Asturias de Oviedo e las çibdades de Ávila e Huete e Úbeda
e Alcaras e las villas de Molina e Medina del Campo e Escalona con sus fortalezas e alcaçares e
jurediçion (…) E sy por ventura la dicha villa de Escalona non se le diere que
le aya de dar e de Çibdad Real o la villa de Olmedo o Tordesillas qualquier
dellas, segund fuere visto e acordado por el arçobispo de Sevilla e maestre de
Santiago e conde de Plaseniçia con la dicha señora ynfante”.
Bien
es verdad que el pacto que se alcanzó ese día, no tuvo los resultados previstos
y que hasta 1479, fecha de la firma del tratado de Alcaçovas-Toledo, que marcó
el fin de la guerra de sucesión con Portugal, Isabel tuvo que sortear
importantes obstáculos. Pero el primer paso hacia la configuración de España
como nación y uno de los primeros estados modernos estaba dado.
Me parece muy buen artículo y se convierte en otra línea de trabajo para dar a conocer los pueblos de esta zona: Escalona, Cadalso, El Tiemblo. Hace unos días asistí a un acto que rememoraba este encuentro entre Enrique IV y su hermana Isabel en el propio terreno donde se encuentran los Toros de Guisando. Mandaré fotos. Javier.
ResponderEliminarMuchas gracias Javier. Este trabajo en cierto modo ha sido fruto de algunas conversaciones que hemos mantenido, de ahí surgió la idea de documentarse y dar a conocer lo investigado.
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