Continuamos exponiendo estudios sobre la historicidad
de las rutas viales y caminos por nuestra comarca. En esta entrada queremos extractar
parte del trabajo de Alfonso Simorte Sánchez de Rivera sobre las Rutas Viales y
Posadas en la Comarca
de Torrijos a finales de siglo XVIII. Así podremos comprobar como las rutas jacobeas
que nos llevan a Compostela, tienen una gran tradición y eran transitadas desde
tiempos anteriores.
En este artículo se pretende
dar una visión de cuál era la situación de las principales vías de comunicación
y del sistema de hospedaje con el que contaba nuestra comarca en tiempos de la Ilustración. A
la vez que se ofrece, como complemento de ello, el comentario de un reglamento
sobre posadas, efectuado por el Intendente de Toledo en 1.783, para dar a
conocer de esta manera la actitud del gobierno ante los temas del comercio y del transporte,
actividades que se apoyan materialmente sobre el sistema de comunicaciones y hospedaje
de cada región o país.
Para llevar a cabo este estudio el autor se ha apoyado sobre
tres fuentes históricas. Por una parte, la obra de P. J. de Villuga, Repertorio
de todos los caminos de España, editada por primera vez en 1546, y que es
la base fundamental para conocer las principales vías de comunicación que tenía España en la Edad Moderna. Por
otra parte, en el Archivo Histórico Provincial de Toledo se conserva diversa
documentación sobre posadas, y entre ellas las respuestas a un interrogatorio
que sobre el estado de las mismas se envía a todos los pueblos desde la Intendencia toledana.
Las rutas de viaje
1) Según
la descripción de caminos de Villuga, la comarca de Torrijos era atravesada por la
ruta que comunicaba Toledo con Talavera y que se situaba en las cercanías del
río Tajo. Afirma el autor que cruzaba el Tajo (saliendo de Toledo) por
Estiviel. Nosotros creemos que se refería a Portusa, algo más abajo del río, porque se vería si no obligado a cruzar el
Guadarrama, cosa que no ocurre en Portusa, donde además hay tradición desde la
época romana de ser punto de cruce del río Tajo. En la actualidad es por donde
aproximadamente pasa la carretera que conecta Toledo con Talavera. Continuaba hasta
Burujón y desde allí hasta
La Mata , desde
donde salía hacia Cebolla, que queda fuera de los límites comarcales nuestros. La Puebla de Montalbán y El
Carpio de Tajo, dos pueblos importantes, quedaban desplazados hacia el sur por esta ruta.
2) La ruta de Toledo a
Valladolid a través de Avila, salía de aquella ciudad y, atravesando el Guadarrama por la venta del mismo nombre, se dirigía
a Villamiel; desde aquí cruzando Huecas, alcanzaba Novés. Desde este
pueblo se dirigía a Quismondo, pasando por la venta de S. Silvestre, o podía irse hasta Maqueda. Este otro
recorrido tenía el inconveniente de tener que cruzar el arroyo Grande en un
paso más profundo y caudaloso que el de S. Silvestre. Desde Quismondo se llegaba a Escalona, donde confluía el ramal que pasaba por Maqueda. Desde
Escalona se pasaba por Paredes hasta llegar a Cadalso, ya fuera de la comarca.
3) El pueblo de Torrijos
estaba comunicado con Madrid y Avila, según Villuga. La carretera procedente de Madrid penetraba en la comarca por
el término de Camarena, llegaba a Fuensalida y desde aquí se dirigía a Torrijos. Para ir a Castilla-León se salía de
Torrijos y cruzando Val de Santo Domingo se llegaba a Maqueda, de
Maqueda se dirigía a Escalona, y desde aquí por Paredes hasta Cadalso y la
venta de Guisando.
4) El camino real de Madrid a
Badajoz no aparece en la obra de Villuga. En el siglo XVIII tenía el siguiente
recorrido: entraba en la comarca procedente de Madrid, desde Casarrubios, por
Camarena (en la venta de Cantaelgallo, un par de kilómetros al norte del
pueblo, tenía su parada de posta), desde aquí a Fuensalida y Novés. Desde Novés
se dirigía a Santa Olalla y continuaba hacia Talavera de la Reina.
Como
consideraciones finales de todo lo anterior podemos decir que la red principal
de caminos se situaba en el centro de la comarca, en torno a Novés, que se
prefigura como el punto de cruce principal. Las rutas que aparecen como principales, o
más transitadas, procuran atravesar los arroyos lo más arriba posible de su
cuenca, o por pueblos donde es más lógica la
existen de pequeños puentes o vados bien conservados. Los ríos son indefectiblemente cruzados por puentes o
barcas.
También
se observan algunas variaciones en las rutas establecidas para el paso de
viajeros, sobre todo de carruajes. La ruta Toledo-Talavera se ha
desviado hacia el norte y pasa por Rielves, Gerindote, Alcabón, hasta Santa
Olalla. Ello se debe a que el Guadarrama
no es vadeable en invierno por Cambrillos y hay que subir más arriba del río,
hasta el paso existente en la venta del Guadarrama. Villamiel también pierde
importancia como paso hacia Extremadura, en beneficio de
Rielves.Existen
otro tipo de vías de comunicación, muy frecuentadas en el siglo XVIII, que son las vías pecuarias: las cañadas y cordeles
para la trashumancia y la
transterminancia.
La
principal vía pecuaria que atraviesa la comarca de Torrijos es la Cañada
Real
Segoviana que, procedente de los Montes de Toledo, llega a las orillas del Tajo
en el término de El Carpio, bordea el río por el sur, cruzando el arroyo Torcón
cerca de su desembocadura. El río Tajo lo pasa en el puente de La Puebla de Montalbán, donde
se situaba un puesto de control y pago de impuestos de los ganados
trashumantes. Desde aquí sigue hacia el norte, atravesando los términos
de La Puebla ,
Escalonilla, Gerindote,
Torrijos, Novés, Fuensalida y Camarena, para salir de la comarca y
dirigirse a la sierra del Guadarrama. Entre
Novés y Portillo tiene un ramal que la conecta con un cordel que, saliendo de
la misma Cañada Segoviana, al noreste de la comarca de Torrijos y fuera de ella, se dirige al Alberche en tierras
de El Casar, pasando por Santa Cruz de Retamar, Maqueda y Hormigos. La razón de
este cordel estaría en que el valle
medio del Alberche es zona de invernada de ovejas merinas en el siglo
XVIII.
Bordeando el límite norte
comarcal existe otra cañada de ganado, que arranca de Pelahustán y pasando por
la parte más septentrional de los términos de Nombela, Aldeaencabo, Paredes y
Almorox, se dirige a Villa del Prado y Aldea del Fresno, ya en la provincia de
Madrid. La existencia de esta vía pecuaria se debe, como hemos dicho, a que el
valle del Alberche es terreno de pastos de invierno, al quedar al sur del
Sistema Central y protegido de los vientos del norte, siendo por ello, un
terreno de relativa buena pluviometría.
Sabemos que en la actualidad, numerosos rebaños de cabras hacen una corta
transterminancia entre la
Sierra del Berrocal y zonas más elevadas de la Sierra del Guadarrama.
Las posadas y su
distribución geográfica
Hay que tener en cuenta
que no todos los pueblos contestaron al interrogatorio que hemos mencionado; sólo 34 de los 42
pueblos actuales lo hicieron. De las contestaciones
obtenidas se pueden sacar varias consideraciones:
1. La hostelería estaba
muy extendida por toda la comarca. Sólo la zona noreste comarcal aparece falta
de estos establecimientos. Pensamos que más que no existir en esas localidades,
es que no se contestó al secretario toledano.
2. La zona central de la
comarca, por donde transcurren las principales rutas de comunicación, es la
que ofrece mayor densidad de posadas y mesones. Ello es lógico, sobre todo en
la carretera Madrid-Extremadura.
3.El Carpio y La Puebla , a pesar de su desconexión
con la red principal de caminos, tienen importancia como puntos de alojamiento.
Creemos que es debido a su importancia económica y de población.
4. El valle del Alberche
tiene también una buena representación de estos establecimientos. El caso de
Escalona, con cuatro, era de esperar; incluso Almorox con dos puede ser debido
a ser lugar de paso de arrieros hacia Castilla, o de trajinantes de productos
serranos: madera, carbón vegetal, miel, etc. Más raro es el caso de Nombela,
con dos mesones, donde se reconoce el paso de un camino de herradura; pero esto
no es decir nada, puesto que todos los caminos son al menos de herradura, es
decir, que los animales pueden ir por ellos. Sólo el comercio del carbón
vegetal puede explicar estos dos mesones.
5. En Méntrida hay dos
mesoneros y un posadero. En La
Torre de Esteban Hambrán hay un mesonero en 1752.
El tamaño de los mesones
es muy variado. La mayoría son pequeños, con una sola cuadra y patio, con
porche cubierto para guarecerse de la intemperie. Bastantes disponen de cuartos
y habitaciones para los transeúntes; unos en el piso alto, tal es el caso de Torrijos,
Rielves, Santa Olalla, La
Puebla , La Mata ,
etc. Ello se debe a que el piso superior es usado para "entrojar granón" (Camarena,
El Casar), o simplemente no tienen, como es el caso de Domingo Pérez o Caudilla.
Las condiciones de
habitabilidad varían de unos a otros. En Aldeaencabo, donde no hay mesones, se
dice que "los pobres de solemnidad (entendemos que algún transeúnte que pase
por allí) se recogen en las casas y pajares de los vecinos". En Escalonilla,
una viuda recoge en su casa al pasajero que llega al pueblo. El de Hormigos
tiene un solo piso, que se compone de: portal o zaguán, cocina, una sala y dos
aposentos. El de La Mata sólo tiene "dos cuartos pequeños para habitación del mesonero". Los mesones de Villamiel
son calificados de "casas molineras con dos piezas chicas" en cada uno, una
para el mesonero y otra para los pasajeros. En Rielves, el mesón dispone de
tres cuartos en alto y dos en bajo y una sala u buena con dos camas y "Los
cuartos bien adornados con sus sillas, mesas y otros muebles, las ventanas sin
vidrieras”. El mesón de Carriches tiene el portal y la cocina juntos. "Tres
cuartos, de ellos uno para los huéspedes,con una cama, ocho sillas, su mesa
y cortinas a la puerta y ventana; con otros muebles todo ordinario y a estilo
de este pueblo".
Los servicios que prestan
estos establecimientos son el aposento de caballerías y personas. En algunos
casos, de carruajes, aunque esto es menos corriente. Además del albergue, es
obligatorio el tener paja y grano para los animales y eso no falta en ninguno de
ellos. El precio del grano variaba según el tránsito, siendo más caro en los lugares
de mayor paso como Escalona.
El precio de la cama era
más estable: En todos los pueblos que contestan a ello, es de 2 reales de
vellón. Claro que no todos contestan, y además hay varios pueblos cuyos mesones
no disponen de este mueble tan necesario para descansar. Almorox y Nombela no
disponen de ella; La Mata
tampoco, a pesar de estar en la antigua ruta de Toledo a Talavera. Paredes, en
otra ruta transitada, tampoco. Consecuencia: la estancia en Escalona se
encarece extraordinariamente, como hemos visto.
En cuanto a si ofrecen
comidas, lo corriente es que cocinen los alimentos que traen los transeúntes,
los cuales los pueden comprar en el mismo pueblo. Sólo en Alcabón se sirve
carne y pescado. En los demás no se vende y sólo se cocina; las excepciones son
Villamiel, Rielves y Camarena, donde hay bodegón, es decir que sería en la
actualidad un restaurante. En Almorox no se indica lo que se hace. En Novés
sólo se cocina para las personas de distinción.
La cama normalmente se
componía de "un jergón lleno de esparto o paja, un colchón, dos sábanas,
dos almohadas, un cohertor y colcha de lana",
Existe en algunos casos un
reglamento regulador de estos establecimientos, se conserva uno de la Posada de Ontígola, ya fuera
de esta comarca. En esta orden se dice que el intendente debe, en todos los
pueblos de su jurisdicción, hacer “el arreglo equitativo de los derechos de consumo
y consiguientemente el de Tarifas de comestibles”. Así se pretende "mejorar la
lastimosa situación de las Posadas del Reyno, con nota de ningún aseo y la
tiranía con que han sido y son tratados los viajeros y comerciantes, de modo,
que no hallando comodidad alguna tienen que sufrir un ingrato hospedaje". De
esta manera se regulan las condiciones que debe reunir el mesón y se fija es un
arancel de precios de los víveres que
se despacharán en la posada o parador. Las instrucciones para la buena
administración y funcionamiento del mesón, comienzan diciendo que las
habitaciones deben tener el debido aseo. Con muebles y cortinajes suficientes, y
cristales en las ventanas de las piezas principales. Tendrá un surtido
suficiente de camas y ropa para ellas, todo ello «con la mayor limpieza y de
buena calidad”. En el servicio de comedor, "la posada deberá tener un surtido
competente de mantelería, para que diariamente puedan mudarla para servir las mesas".
y continúa "así mismo que tengan porción de vasos de cristal grandes y pequeños».
El que sean de cristal es para evitar que la suciedad pueda ser disimulada, y
que el que beba lo haga con aprensión. Se dispone también que en los alojamientos haya de continuo una palangana o cofaina con agua clara y toalla aseada para
enjugar manos y cara”. Junto a vasos, se ordena tener suficientes platos y
fuentes "de loza fina de Talavera, Toledo u otra equivalente". Amén de jarras
del mismo tipo.
Dispone más adelante que
el mesonero tendrá suficientes luces para uso de los huéspedes en forma de
velones o candelabros, con sus correspondientes velas de sebo. La escalera y
pasillos se alumbrarán con faroles a proporción.
También se regula la temperatura
del local. Se ordena que haya nieve o hielo para poder disponer en el parador
de agua fría en el estío, metiendo entre la nieve garrafas de estaño o cristal.
Y que para el invierno se dice: "Que el Dueño de la Casa Mesón haga
chimenea, teniendo en la temporada de invierno o repuesto de leña, también será
de la obligación del posadero tener un brasero decente".
Se dispone que haya
limpieza en la caballeriza, y que los pesebres y pilones de agua deben tener
sus correspondientes ataderas. Para las caballerizas se ordena el uso. de
faroles pequeños, sin permitir candiles para evitar los incendios.
En la conservación del
edificio, se fija primero en el estado de los tejados, evitando las goteras,
De todo lo anteriormente
dicho podemos sacar varias conclusiones sobre la actitud del gobierno ilustrado
de los Barbones sobre las actividades hosteleras. El objetivo perseguido es
el aumento del tráfico comercial y de transporte, "que aliente a promover la
más activa sociedad en general» y sirva para hacer resplandecer a la Nación entre las demás".
Para lograr este objetivo,
se acomete la reforma de las posadas desde dos ángulos. Primero, mejorando los
servicios que prestan y la calidad de éstos. En ello consiste la primera parte
del reglamento. Segundo, tasando el precio de estos servicios, fijando una serie
de tarifas y regulando los costes principales que recaen en la actividad
hostelera: Ya que era corriente que los
transeúntes pagasen más caros los productos de la localidad, para de esta forma
recaudar más impuestos y reducir en alguna medida,la imposición a los
vecinos del pueblo. De todo lo anterior se
saca en conclusión el decidido espíritu intervencionista que anima a las
autoridades ilustradas, pretendiendo controlar todas las facetas de la
actividad económica, en base a un deseo de mejora del bienestar general para
todos los relacionados con ella.
Muy interesante y demuestra que el Camino del Sureste es el lógico y no el de levante
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