También contó con la intervención de un coro dirigido por nuestro párroco D. Pelayo Rodríguez Ramos, con cantos propios de esta antigua liturgia que aún se preserva en nuestra diócesis.
En su homilía nos habló de este rito tan singular y de su especial valor, así como de la figura del Apóstol Santiago, que cumplió con el mandato misionero de Cristo y fue el primero de los apóstoles en sufrir martirio.
Se celebró en el Convento de la Encarnación, con la presencia de nuestras queridas monjas concepcionistas que pronto nos dejarán tras casi cinco siglos de presencia de la Orden en Escalona, esperamos que con la llegada de la Comunidad de Carmelitas Descalzas al Monasterio, continúe manteniéndose una de las joyas de nuestra villa, que desde el 25 de Julio de 1525 ha sido un lugar de clausura y oración.
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