CAMINO DE SANTIAGO

CAMINO DE SANTIAGO

lunes, 23 de julio de 2012

De Roma a Jerusalén a pie en demanda de paz para el mundo


Escalona.- La preocupación por la paz mundial pasó este viernes por Escalona de la mano de dos peregrinos, la pareja formada por la canadiense Mony Dojeiji y el artista gaditano Alberto Agraso, que se conocieron en el Camino de Santiago y decidieron un día, después de los atentados terroristas del 15 de septiembre de 2001, recorrer los 5.000 kilómetros que separan Roma de Jerusalén para atraer la atención de los países por donde pasaron sobre la necesidad de la paz.

En la Casa de la Cultura escalonera, ayudándose de la proyección de fotos hechas durante su largo viaje de 13 meses, que les permitió atravesar 13 países, relataron con entusiasmo difícil de disimular y no poca pasión, qué les llevó a ponerse en camino, sus miedos, sus conflictos interiores y las vicisitudes que tuvieron que superar.
Entre otras cosas, tuvieron que subir montañas, vadear ríos, cruzar mares y fronteras, soportar la nieve o la niebla, y más tarde el tórrido calor o la lluvia durante días, para experimentar la emoción de llegar a la ciudad en la que se vivió la pasión de Cristo, su resurrección y su subida a los cielos.

No fueron ajenos a la enfermedad, como la inflamación de nódulos, acompañada de fuerte fiebre, que retuvo a Mony Dojeiji 44 días en Serbia, asistida por unos frailes y monjas con quienes apenas podía entenderse de un modo que no fuese la mímica. Entre tanto, sin noticias, Alberto aguardaba en el santuario de Medjugorje.

Contaron Mony y Alberto que en su camino fueron encontrando “ángeles”, como el matrimonio italiano que les abrió las puertas de su casa para que celebrasen la Navidad siendo unos más de la familia, y además sólo unos días después de que Alberto Agraso tuviese noticia de la muerte de su padre en Cádiz.

Y también aseguran que cuando llamaron a una puerta en demanda de cobijo rara vez les dieron con la puerta en las narices, porque, como ellos aseguran, las fronteras son algo artificial y al final, pese a las diferentes culturas, los sentimientos y las preocupaciones de la gente vienen a ser las mismas en cualquier lugar al que llegues.

Resultado de aquella impresionante aventura, escuchada por un atento público -entre quien se contaba un admirable peregrino de Talavera, José María Arroyo, apodado el “Peregrino de la Esclerosis Múltiple”- fue un libro editado en Estados Unidos que lleva el título de “Walking for Peace” (Caminando por la Paz), que pronto va a ser publicado en español y que resume los avatares de esta simpática pareja de peregrinos.

“Walking for Peace” era igualmente el lema que llevaban adherido a las fundas de sus mochilas, para la que la gente supiese el motivo que les guiaba, compuesto por letras que Alberto recortaba con habilidad y traducía a la lengua de cada país por el que pasaban.

Mony y Alberto explicaron que el suyo no fuese simplemente un viaje físico, sino que en paralelo vivían un viaje interior en busca de si mismos y de su lugar en el universo, y que aunque partieron como simples amigos, en Grecia descubrieron un aspecto romántico que les unió. Hoy forman un matrimonio que comparte aficiones y preocupaciones y que se ha plasmado en una hija de ocho años, Sylvana María, que es la alegría de sus vidas.

También estiman que lo más difícil de su aventura fue superar los temores que vivían dentro de ellos y lo más gratificante descubrir que la solidaridad humana es algo más que una palabra.