COMPOSTELA, EL COMIENZO DEL PEREGRINAR
En los años 813-825, según unos u otros autores, seria descubierta la Tumba Apostólica, que posiblemente habría sido dejada de venerar colectivamente durante un siglo por temor a los moros. La tradición cuenta que el eremita Pelayo vio en noches sucesivas, resplandores de estrellas que titilaban sobre lo que el obispo de Iria, Teodomiro. reconociö como la Tumba del Apóstol en la que desde el siglo I, se habían enterrado los restos de Santiago.
Teodomiro comunicó de inmediato el hallazgo al Papa; y el rey Alfonso II el Casto lo puso en apresurado conocimiento de su amigo el emperador Carlomagno, que desde ese mismo momento, jugaría el papel de protagonista jacobeo en la épica francesa, Pronto la Cristiandad tuvo conocimiento de tan señaladísimo descubrimiento, pues los restos de Santiago eran los únicos apostólicos en Occidente, a excepción de los de Pedro y Pablo en Roma. Compostela comenzaba a ocupar un papel importante en la mente de todos los europeos.
Tras el hallazgo, Alfoso II mandó levantar una basílica de reducidas dimensiones que cobijara la Tumba Apostólica sin tocar esta. Adjunto al lado oriental del templo fue levantado un modesto monasterio que se llamaría de Antealtares; por su parte el Obispo Teodomiro compartió la sede episcopal de Iria con la de Compostela. Su sucesor Adulfo II consiguió de Roma el reconocimiento de Compostela como lugar Apostólico, por lo que pasó a llamarse obispo de Iria y de la Sede Apostólica.
Las peregrinaciones debieron aumentar considerablemente tanto en número como en densidad de fieles. El trasiego notable de gentes y riquezas, dieron origen a los ataques normandos a las costas gallegas.
A finales del siglo IX, la basílica que construyera el rey Alfonso II resultaba ya insuficiente. Por ello, el obispo Sisnando I, convence al rey Alfonso III para erigir una nueva basílica de mayores dimensiones, Contaba esta con tres grandes naves que daban una mejor circulación de los peregrinos, dada la mayor densidad y frecuencia de aquellos. Consagrada en el año 899, con ella puede considerarse que la Peregrinación es ya una realidad plena, a lo que sin duda ayudaron las recomendaciones emanadas desde Roma para toda la Cristiandad, de favorecer las reliquias santas ante los problemas surgidos por la herejía iconoclasta en los tiempos carolingios.
La primera noticia que se tiene de una peregrinación jacobea data de 951, cuando el obispo francés de Puy-en-Velay, Godescaldo, arribó a Compostela acompañado de buena parte de sus feligreses. Se sabe que la ciudad disponía ya de hospitales para peregrinos. Europa comenzaba a volcarse sobre una España que, contra todo pronóstico, había conseguido sin ayuda exterior, no solo detener a los musulmanes, sino ir reconquistando su suelo para el cristianismo. La fe, la piedad, el perdón, las promesas, la aventura, los moros cercanos, la frontera con otra religión,.. debieron atraer con singular fuerza a miles y miles de europeos hacia Compostela.
La basílica levantada por el obispo Sisnando y Alfonso III, fue destruida por Almanzor en 997, en una de sus terribles incursiones hacia los reinos cristianos del norte. Se cuenta, que entró en el templo a caballo, al que hizo abrevar en una aguabenditera; intentó destrozar la Tumba Apostólica, cosa que no logró. Derribó las campanas, que fueron llevadas a hombros de cristianos hasta Córdoba, para que en su mezquita sirvieran de luminarias. Incendió la basílica y arrasó Compostela.
San Pedro Mezonzo, autor de la segunda oración mariana por excelencia, la
“Salve Regina, tuvo que reedificar la basílica, que perduraría hasta comienzos del siglo XII, englobada por la románica que se comenzó a levantar
No hay comentarios:
Publicar un comentario